Página 38 - Capítulo 6

Capítulo 6 - Nuevos rumbos


Hacía menos de dos horas habían dejado Simri, su ciudad natal, atrás.
Los tres amigos habían partido, despedidos por sus familias, maestros y conocidos, llevando nada más que sus mochilas repletas de objetos para el viaje y dinero. Lo más importante, eran los sueños y deseos que acarreaba cada uno.
Habían estado caminando sin parar mientras charlaban.

- ¿Entonces la idea es ir primero a ese pueblo...?
- Si Tadeo. - Dijo Julián.
Primero vamos a "El Pedruzco". Vamos a tratar de sumar un Manipulador Tierra al grupo. Preferentemente alguien con experiencia, aunque dudo consigamos eso. Nos tendremos que conformar con cualquiera que tenga permiso para viajar.

"El Pedruzco" es un pueblo famoso por sus Manipuladores Tierra, ubicado a unos 400 km al norte de Simri.

- ¿Y para qué era que queríamos un Manipulador Tierra con nosotros...?
- Fácil. Es más fácil progresar y aprender si tenemos en el grupo diversos dones. Y Julián dice que quiere aprender e informarse más del don Terrestre. - Respondió Cristian.
- Ahh... Mmm... Ok. Bueno, tenemos un viajecito hasta allá. Unos 10 días... ¿No?
- Todo depende del ritmo que llevemos y el clima que nos toque, pero si, eso calculamos más o menos. - Dijo Julián.
- ¿Y por qué el desespero de partir apenas me recibiera?
- Jaja, en realidad, las ganas vienen de antes, pero te estábamos esperando. - Rió Cristian.
- ¿Eh?
- Si Teddy, Julián hace rato quería partir, pero yo quería que te esperáramos un año más y salir los tres juntos. 

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- Bueno, tenemos una sorpresa para vos Teddy. - Dijo Cristian.
Solo que estábamos esperando asegurarnos que aprobaras para dártela.
- ¡No me tenían fe eh! Dale, decíme. ¿Qué es?
- Primero contános cómo fue el examen. - Respondió su mejor amigo.
- ¡DALE RUBIO BOLUDO! ¡DECIME! - Exigió el recién egresado.
- Dale Cristian, no te hagas el misterioso y decíle. - Lo apuró Julián.
- Bueno bueno. ¡Qué impaciente! Teddy... Mañana nos vamos. - Dijo Cristian despacio.
- ¿Eh? ¿A dónde? ¿Quiénes? - Las preguntas de Tadeo se superponían por la prisa.
- Nosotros. Mañana. ¡Nos vamos te estoy diciendo Tadeo! ¡MAÑANA! - Decía con entusiasmo el Manipulador Agua.
- ¿Se van? ¿Ya? ¿Por qué? - Había cierto desconcierto en el tono de Tadeo.
- NOS vamos. ¡Vos también venís bobo! - Respondió hastiado Cristian.
- ¿QUÉ? ¿A dónde? - Gritó totalmente sorprendido.
- No sabemos bien a dónde todavía Tadeo, pero tenemos una idea de por dónde empezar. - Le respondió Julián.
- Pero...
- Ya arreglamos todo amigo, hablamos con tus viejos y todo. Está todo listo. - Lo cortó Cristian.
- Ahh... Emm... Bueno... ¡Genial! Sorpresivo, pero genial. ¿Qué onda? ¿Cuál es el plan?
- Hoy nada, te vas a tu casa. Festejá con tu familia, descansá bien y mañana partimos.
Prepará las cosas que quieras llevar, teniendo en cuenta que vamos a andar mucho y caminar aun más. - Le dijo Julián.
- Wow... ¡Qué rápido! No es que no quiera, me encanta la idea. Pero no se, no tenía idea...
- Y no bobo, era una sorpresa. - Dijo Cristian divertido.

Los tres emprendieron el camino de vuelta a la casa de Tadeo.
En el camino les fue contando sobre el examen entre risas, acotaciones y burlas llegaron, se despidieron y Tadeo entró a su casa.

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- ¡Felicitaciones! - Gritó Claudio quien se acercaba a Tadeo sin que éste lo hubiera visto.
¡Excelente! ¡Lo vi todo! ¡Impecable!

Tadeo sonreía, no recordaba haber visto a Claudio tan feliz. Le tendió la mano, pero su maestro le dio un abrazo.

- Gracias Claudio. Gracias por todo. - Decía Tadeo feliz.
- Felicitaciones colega. ¡Qué orgullo! - Claudio sonreía mostrando todos los dientes bajo su bigote.
¡Qué manera de superar esa última prueba! ¿Tuviste miedo? ¿Te acordaste lo que te dije?
- ¿Eh? ¿Qué cosa? - Preguntó Tadeo sorprendido.
- ¡Te dije que no te olvidaras que yo iba a estar observando todo! ¡Era para que no perdieras el rumbo!
- Ahh... - Tadeo se sintió un tonto por haber olvidado el consejo. Ahora entendía el guiño que le había dado su maestro.

Finalmente maestro y alumno volvieron al interior de la academia, charlando sobre las pruebas y riendo.
Desandaron el camino por el pasillo hasta la entrada de la academia, donde se despidieron afectuosamente y Tadeo salió del edificio.
Vio a Cristian y Julián sentados en un banco abrazados, de espaldas a él. Se acercó corriendo mientras gritaba:

- ¡Chiiiicooooooosss! ¡ Aprobéeeeeeeeee!
- ¿Eh? ¡BIEEEEEEEEEEN! - Gritó Cristian levantándose de un salto y corriendo hacia su amigo.
- ¡Felicitaciones Teddy! - Dijo Julián mientras él también se levantaba.

Cristian le dio un fuerte abrazo a Tadeo mientras sonreía sinceramente.

- ¡Gracias chicos! ¡Estoy muy feliz! ¡Se terminó todo, por fin!
- No Tadeo, no se terminó nada, ahora viene lo mejor. - Dijo Julián con tono profundo.
- ¿Eh? ¿De qué hablas Vampiro? - Preguntó Tadeo desconcertado.

Los novios se miraron con complicidad.

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La devolución de Walter tomó a Tadeo por sorpresa.
No sabía cuán profundo era el nivel de examinación.
Ahora comprendía que lo habían estado evaluando desde que ingresó a la academia.

-G-gracias Walter... Gracias.

Walter le devolvió una mirada afectiva y retrocedió; su madre reemplazó su puesto al frente.

- Tadeo Olivares. Te conozco. Miré hacia tu alma y contemplé tu esencia. Pude ver tu pasado y tu presente. Pude ver tu historia y tus sueños y en cierto modo eso me hace conocer tu futuro.

La anciana hizo una larga pausa. Tadeo vio cómo lo miraba. Esa pesada mirada penetrante que ya había sentido.
Finalmente continuó.

- Tu futuro no es aquí. No es pasar otro año en esta institución. Probablemente ya no vuelvas a visitarla. - Agregó en tono nostálgico.
Como dije, he visto tu pasado y sospecho tu futuro, con el cual yo no voy a interferir.

Otra pausa...

- Tienes mi aprobación. - Dijo por fin.

La euforia de Tadeo no tuvo límites. Se formó en su rostro una sonrisa imborrable. Agradeció a la anciana, luego a todos nuevamente. Algunos lo abrazaron al felicitarlo. Laura fue la primera en llamarlo colega; Juan le sonrió al darle un apretón de manos. El evaluador que no había probado a Tadeo se fue sin saludarlo.
El resto le dio la mano, felicitaciones y se retiró.

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Al terminar de decir esto y sin esperar respuesta alguna de Tadeo, se acomodó con el resto del grupo, donde algunos lo observaron con enojo.

Tadeo se quedó de pie mirándolo, entre lleno de odio y paralizado.
Acababan de darle su segunda desaprobación, sin motivo alguno y aún faltaban dos devoluciones. Su esperanza de aprobar el examen cayó por los suelos.
Tenía ganas de gritarle, de golpearlo, de quemarlo vivo. ¿Quién se creía ese idiota para descalificarlo sin probarlo ni decirle por qué lo hacía?
Tadeo se dio cuenta que tenía los puños y la mandíbula apretada. También notó que Laura lo miraba y meneaba suavemente la cabeza, formando un sutil "no".
Trató de relajarse entonces, nada bueno vendría de un berrinche a estas alturas. Y la Manipuladora trataba de advertírselo.

Entonces Walter dio un paso adelante.

- Te felicito Tadeo. Primero voy a decirte que te apruebo; ahora voy a explicarte por qué.

Tadeo suspiró de alivio.

- Es innegable que tu desempeño conmigo fue... Poco fructífero por así decirlo.
Tampoco puedo negar tus dificultades con Laura, tu descontrol con Juan o tu desconocimiento cultural.
Pero no fue eso lo que me llamó la atención de vos en este examen Tadeo, sino tu nobleza. Te negaste a lastimar a alguien que creías indefenso. No intentaste hacer abuso de tu poder y no iniciaste tu ataque hasta no estar seguro de que no lastimarías a ninguno de nosotros.
Tu nobleza dejó una huella en mi, por la cual te agradezco. Esa nobleza, se ganó mi aprobación.
Espero el día de mañana escuchar grandes cosas tuyas y si me permitís un último consejo; practicá mucho el control de fuego ajeno y por supuesto, tu problema de nervios.
Nuevamente, te doy mis felicitaciones.

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- ¿Fallaste la prueba? ¿Por qué pensás eso? - Ahora Estela parecía divertida.
- Porque no pude mantener la llama encendida... - Dijo Tadeo avergonzado.

Estela se sonrió y empezó a reír suavemente.

- ¡Ay Tadeo! ¿De verdad crees que por ser menos poderoso que yo te voy a descalificar?

Tadeo no sabía qué pensar.

- A ver, vamos a dejar las cosas en claro. La prueba nunca fue que me ganarás Tadeo. Tengo más años que vos lamento admitir. Y mucha más experiencia. Así como más poder. Por otro lado, mi ventaja era innata, pretender apagar fuego con agua, no es algo muy difícil de lograr que digamos.
La prueba consistía en medir tu temple, tu concentración y tu entereza.
Demostraste un esfuerzo y perseverancia dignos de un excelente Manipulador.
Lo más destacable, sorprendente incluso, fue el gran espíritu defensivo que demostraste. Algo no tan común en un "Incinerador", como vos les llamás.
Por todo esto, contás con mi aprobación. Te felicito.

Las palabras de Estela habían sido sinceras y amigables. Tadeo estaba emocionado.

- Muchas gracias Estela. - Respondió Tadeo afectivamente.

Dicho esto, la Manipuladora fue reemplazada rápidamente por el joven con quien Tadeo no había tenido ninguna prueba.

- Alumno, tu desempeño me pareció patético. - Su voz era seca y recelosa.
Al punto que no me pareció necesario evaluarte yo mismo para saber que no te apruebo.

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- Tadeo, tus conocimientos generales son mediocres. Lo que sabés de los espiritualistas es tan poco que pienso que jamás te hablaron de ellos. - Comenzó Mónica.
Urgentemente te recomiendo investigar sobre el mundo que te rodea e instruirte más sobre ese don del que sabés tan poco.
Por otro lado, tu desempeño en las pruebas me gustó mucho. Sobre todo en la segunda. Si bien perdiste un poco el control, o quizás, del todo, entiendo por qué. - Agregó mirando a Juan de reojo.
Considero que el conocimiento y la cultura los podés adquirir con el tiempo, pero tu valentía es algo innato.
Espero escuchar grandes cosas de vos Tadeo, es por esto que contás con mi aprobación. - Terminó Mónica.

Tadeo se sobresaltó. Estaba seguro que lo desaprobaría. Él mismo no se habría aprobado, sus respuestas habían sido vagas y pobres. Él sabía eso.

- ¡Muchísimas gracias Mónica! ¡Prometo estudiar y descubrir todo lo que pueda! - Casi gritó Tadeo de la alegría.
- Espero que así sea. - Le respondió la evaluadora y volvió a colocarse en su sitio.

Entonces se adelantó Estela.

- Felicitaciones por concluir tus pruebas Tadeo. Personalmente, me parecieron satisfactorias en lineas generales. Tu desempeño conmigo fue puntualmente extraordinario. - Comenzó la Manipuladora Agua.

- ¡¿Qué?! - Se le escapó a Tadeo. Supuso que le estaba jugando una broma.
- ¿Qué pasa Tadeo? - Preguntó Estela atónita.
- Es que... me decís que tuve un desempeño "extraordinario" con vos... Pero fallé la prueba...

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Tadeo estaba pasmado, no esperaba que tan rápido comenzaran a darle sus devoluciones y la primera siendo aprobación, lo sorprendió aun más.

- G-gracias Laura... ¡Muchas gracias! - Respondió Tadeo feliz.

Laura retrocedió sonriendo. Era el turno de Juan de situarse al frente.

- Tadeo no tenés mi aprobación. - Empezó Juan.

Tadeo se puso tenso.

- Demostraste un buen nivel de poder conmigo. - Siguió el Manipulador Tierra.
Pero de nada sirve tanto poder, si no sabés controlarlo. Me asusta que gente como vos tenga el derecho de pasearse por el mundo jugando con la vida de las personas. No tengo nada más que decirte. - Dijo al tiempo que daba un paso atrás.

- Ehmm... Umm... Si... Bueno... Gracias... - Le costaba disimular el enojo a Tadeo.
¿A caso ese loco no entendía que había estado a punto de matarlo? ¿Qué pretendía?
No le parecía justo que le criticara perder el control, cuando había sido cuestión de supervivencia.

Trató de calmarse, aun no estaba todo perdido, aunque el panorama era malo.
Ya le habían dado dos resultados y uno era negativo. Quedaban aun cinco más y si dos de ellos eran negativos, desaprobaría. Recordar la prueba con Estela empeoraba la situación, estaba seguro que en esa había fallado.

Esta vez fue Mónica quien dio un paso adelante.

Página 30 - Capítulo 5

La luz y la claridad inundaron el espacio. Le siguieron los colores, el ruido y el viento.
Luego llegaron los olores y sabores y finalmente las sensaciones corporales, el cansancio y el dolor.
Así fue que Tadeo volvió a "La Realidad".


Capítulo 5 - Veredicto


Los siete evaluadores estaban parados alrededor de Tadeo, quien los observaba desde el piso.
Se sonrojó y se puso de pie rápidamente. No recordaba cómo había llegado al suelo.

- E-eh... ¿Qué pasó? ¿Qué fue eso? - Preguntó entre avergonzado y asustado Tadeo.
- Esa fue tu última prueba Tadeo. - Respondió Walter.
- No entien...
- No es necesario que lo hagas, ya vimos lo que necesitábamos ver y estamos listos para calificarte.

¿Qué? ¿Qué habían visto? ¿Qué había pasado en esa prueba? La cabeza le daba vueltas.

Laura dio un paso al frente.

- Bueno Tadeo, vamos a hacerlo rápido, no quiero hacerte sufrir. Contás con mi aprobación. - Agregó con su tono alegre y una sonrisa.
Tuviste muchas dificultades, lo que atribuyo a tus nervios. Cuidado con eso, es lo que tendrías que trabajar de ahora en más según mi punto de vista. Pero la creatividad y osadía que mostraste al quemar mi mano, me sorprendieron. Sobrellevar los nervios y planear estrategias de ataque es crucial. Mis felicitaciones. - Finalizó la Manipuladora de Fuego.

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- ¡Ya me acuerdo! ¡Me acuerdo de todo! - Gritaron los pensamientos de Tadeo con emoción.
- Entonces responde. ¿Qué importa, Tadeo Olivares? ¿Qué es lo que importa en tu vida?
- Lo importante es aprobar. - Dijo Tadeo por fin.
- ¿Ese es tu motivo, tu fin último? ¿Para eso vives? - El pensamiento tenía un dejo amargo.
- Emm... No...
- ¿Y entonces?
- Quiero ayudar. - Pensó Tadeo, sin saber bien por qué.
- ¿Ayudar? Explícate.
- Si. Quiero ayudar. Quiero ser poderoso y ayudar. Ayudar a mis amigos. Ayudar a mi familia. Ayudar en el mundo. Quiero hacer algo. Quiero hacer la diferencia.
- Mmm... Interesante. Pero dime ¿Por qué tu motivo en la vida es ayudar?

Tadeo no sabía que responder. Jamás podría haberse planteado esa pregunta, la cual lo paralizó y lo dejó reflexionando un buen rato.
Por más que se esforzaba, no podía encontrar una respuesta apropiada para esa pregunta.
¿Por qué quería ayudar? ¿De qué le servía a él?
Pensó entonces, en las cosas que le hacía sentir el ayudar. La satisfacción que experimentaba al sentirse útil y productivo. La alegría que le daba ver a una persona feliz a causa suya.
Entonces entendió. Quería ayudar, porque le hacía bien a él mismo.

- Quiero ayudar, porque eso me ayuda a mi, me hace bien, me completa.
- Entonces dime Tadeo Olivares, te lo preguntaré una última vez. ¿Qué importa?
- Lo que importa es ser feliz. - Respondió Tadeo, esta vez sin dudas.

Fue como si esa revelación iniciara un apocalipsis.
La eterna nada que rodeaba a Tadeo se quebró, se dobló en si misma y estalló.
La luz invadió todo; pero no era el fin. No era un apocalipsis, era el génesis.

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- No hay dentro ni fuera aquí. Tú eres todo, pero no eres nada.
- Mmm... ¿Dónde estamos?
- ¿Acaso importa? Estamos, es lo único que podemos asegurar.
- Pero... ¿Quién sos?
- Nadie. Todos. Quien tú quieras. Tampoco importa.
- ¿Y qué SI importa? - Pensó Tadeo enojado.
- Esa, Tadeo Olivares, es la pregunta correcta.
- ¿Eh? No entiendo...
- Y yo no puedo ayudarte a hacerlo. No poseo semejante poder.

Esta voz en su cabeza lo estaba volviendo loco, hablando incoherencias y respondiendo tan estúpida y complejamente.

- ¿Poder?
- Si Tadeo, poder. El conocimiento es el mayor poder que puede tenerse. También es el más preciado, para aquellos que comprenden el universo.
- Me estoy mareando...
- El poder debe adquirirse, explotarse, compartirse y olvidarse. ¿Qué importa Tadeo Olivares? - Preguntó esa extraña voz en su cabeza.
- ¿Qué? ¿Qué importa? No se... ¿Cómo puedo yo saber eso?
- Condenados sean los hombres que vivan sin motivo, pues sus vidas no tienen razón de ser.
- ¡NO QUIERO VIVIR SIN MOTIVO! - Quiso gritar Tadeo.
- Entonces pregúntate a ti mismo. ¿Qué importa? - Insistió.

Tadeo se planteó esa pregunta, ambigua y estúpida. Pero al hacerlo, pudo ver más allá.
Como si una corriente arrastrara su conciencia hacia la superficie, recordó todo.
Su familia, sus amigos, su maestro y la academia. Recordó su don y recordó entonces las pruebas que había rendido y que estaba rindiendo.

Página 27 - "Bonus día del amigo" 3/3

¿Cómo era posible que si no existiera, estuviera pensando todo esto?
Pensando...
Dudando...
Había una incoherencia muy fuerte y evidente en el hecho de negar su propia existencia y a la vez comprender que estaba pensando.
Este malestar, esta excepción que rompía con su teoría de la no existencia, lo llevó a una simple y obvia verdad.
Existo, se dijo Tadeo.
Si puedo pensar, puedo dudar y puedo reflexionar. Entonces existo.
Ese sencillo pensamiento, que se transformó en una certeza, generó una explosión de vida en su mundo inexistente.
Fue como si violentamente volviera a una realidad, o a un mundo más tangible.
Comenzó a percibir el espacio a su alrededor. Una infinita nada oscura y vacía absolutamente, sin horizontes ni límites. Sus sentidos se despertaban lentamente.
Habría dudado de nuevo, si no fuera porque ahora estaba seguro de su propia existencia.
Sin saber qué era, sabía que existía.
Escuchó entonces, o más bien percibió, pasos; acercándose a él, cada vez más cerca, hasta detenerse a una corta distancia según le indicaban sus sentidos, aunque no estaba seguro cuál era el que se lo decía.
Pudo sentir la presencia de otro ser pensante, quiso hablarle, pero su boca no se movía, o no existía, no podía diferenciarlo. Sentía la necesidad imperiosa de comunicarse con aquél otro ser, pero no sabía cómo.
Pensó "¿Cómo hago para hablarle?"
Y de pronto, otro pensamiento, uno ajeno a él, se metió en su cabeza.

- Así es como podés hacerlo.
- ¿Eh? ¿Qué fue eso? ¿Estás pensando dentro mio?

Página 26 - "Bonus día del amigo" 2/3

- Ya se va a dar cuenta señor Olivares.
- O-ok... - Respondió Tadeo dudoso.

De pronto el mundo se oscureció, lo único que alcanzó a ver, fue a la anciana, elevando una plegaria y mirándolo fijamente.
El mundo se volvió negro, como si hubiera cerrado los ojos, pero no lo había hecho, o no recordaba hacerlo al menos. La verdad es que no recordaba nada.
¿Se había quedado ciego? ¿Se había desmayado?
No sentía su cuerpo, ni ninguna cosa. Ninguno de sus sentidos parecía existir.
Quiso mover su cuerpo, pero no había nada que mover. Intentó abrir sus ojos, pero no había párpados que levantar. Comenzó a dudar el haber tenido un cuerpo alguna vez.
La desesperación se apoderó de él. No entendía qué sucedía, pero tampoco tenía en claro qué debería estar sucediendo, o cual sí sería el correcto funcionar de las cosas.
El mundo dejó de parecerle oscuro. Así habían sido siempre las cosas. ¿No?
Nada pedía, nada esperaba; pues nada conocía, más que esa eterna oscuridad, y esa incapacidad de sentir, de percibir.
El tiempo pasaba, horas, días, años, ya no podía medir el tiempo, pues no había espacio en el cual medirlo ni sujeto que lo midiera.
¿Qué era él?
Dudó de su existencia.
Dudó del mundo, de que algo existiera en realidad.
Dudó y dudó. Dudó de todo. Y entre tantas dudas, algo le molestaba.
Había resuelto que nada existía, que todo era su imaginación, y que nunca nada había existido, que así eran y seguirían siendo las cosas. Aun así, algo estaba mal y no concordaba con esa certeza de la nada.
Si nada existía, ni lo había hecho nunca...
¿Qué era él?

Página 25 - "Bonus día del amigo" 1/3

- Diez segundos.

Era inútil. Tadeo no podía recomponerse. Estaba perdido, se sentía sonámbulo, paralizado. Percibió entonces una mirada penetrante. Era la anciana, que lo miraba tan fijamente desde su lugar, alejada, con el resto del grupo, que era como si lo atravesara.

- ¡Tiempo! ¿Estás bien? - Preguntó Walter.
- Eh... Si... ¿Qué pasó?
- No me quemaste.
- Ya se... Pero... ¿Qué fue eso? ¿De verdad no sos espiritualista?
- No Tadeo.
- ¿Alguien más acá lo es?

Walter sonrió.

- Esa, Tadeo, es la pregunta correcta.

Y entonces se acercó la anciana de la mirada penetrante.

- Tadeo, te presento a mi madre. Ella es espiritualista y es quien me estuvo protegiendo de tus ataques.
- Ah... Wow... Emm... Hola. - Dijo Tadeo a la anciana.
- Última prueba señor Olivares. - Respondió ella en tono tajante.

Tadeo notó que la señora parecía lista para comenzar y preguntó:

- ¿Emm... Qué tengo que hacer?

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- Ya te dije, no poseo ese don. Dos minutos. - Le respondió con calma.

Tadeo se desesperó; no entendía lo que sucedía.
Lanzo otras tres bolas de fuego, todas con el mismo resultado que la primera. No era posible que desviara su fuego si no era un Manipulador de Fuego...
Golpeó el aire con sus puños, enviando puños de fuego hacia el señor. Se desintegraron al acercarse a Walter, quien no se había movido un ápice.
Era imposible. Sus ataques se evaporaban y Walter no movía un músculo.

- Un minuto...
- ¿Sos espiritualista? - Preguntó Tadeo confundido.
- Buena pregunta, pero no Tadeo. Tampoco poseo ese don.
- No entiendo enton...
- Cincuenta segundos.

Tadeo estaba perplejo. No tenía idea de lo que estaba pasando. Optó por crear fuego directamente en Walter, como había hecho con Laura. Se concentró en el brazo derecho del señor y comenzó a realizar el complicado movimiento. Sintió entonces como si explotara su cerebro. Un ruido ensordecedor que provenía del interior de su cabeza y lo mareó terriblemente.
Fue como si su concentración hubiera impactado contra un muro, una barrera invisible que existía solo en su mente y únicamente podía ser percibida por él.

- Treinta segundos...

La cabeza le daba vueltas. ¿Qué había sido eso? Nunca había sentido o experimentado nada por el estilo. Era como si de pronto sus músculos hubieran decidido detenerse y no pudieran recordar qué pretendían hacer.

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- No, nada. Vos tranquilo, concentrate en nuestra prueba nada más. ¿Si?
- Emm... Bueno...
- Perfecto. Bien, como te decía, es mi turno de evaluarte. Esto va a ser bastante simple; yo me voy a quedar parado acá y te voy a dar cinco minutos. Tu objetivo es quemarme. Donde sea y como sea. ¿Entendido?
- ¿Quemarte...? ¿Sos Manipulador también...? - No esperaba tener que repetir una prueba.
- No no Tadeo, yo no poseo ese don.
- Pero... ¿Y si te lastimo...?
- Me gustaría que lo intentaras. - La voz de Walter era tranquila y segura.
- Pero...
- El tiempo está corriendo.
- Pero Walter, no te quiero lastimar...
- Ya lo sé Tadeo. Pero es tu prueba y te quedan cuatro minutos. Esta vez es indispensable que lo hagas.

Tadeo no sabía qué hacer. El viejo parecía tener un deseo de muerte o algo por el estilo, y él no quería ser el que se lo cumpla. O bien, estaba mintiéndole y si era un Manipulador, pero la verdad es que le había creído cuando se lo negó.
No quería lastimarlo. Tampoco quería fallar la prueba, menos aún sabiendo que había fallado contra Estela.

- Tres minutos. - Apuró Walter.

Entonces Tadeo tomó una decisión.
Formó una bola de fuego y la lanzó hacia Walter, pero la dirigió por sobre su hombro, quería ver su reacción.
El evaluador no se movió, pero el proyectil fue desviado como si lo batearan con un bate.

- ¿Eh? ¿Sos Incinerador? - Preguntó Tadeo atónito.

Página 22 - Capítulo 4

Vio como el agua atravesaba su escudo, volaba hacia su flama en la mano izquierda y la apagaba.
Entonces el ataque cedió.
Tadeo se quedó absorto contemplando su mano mojada, donde ya no había rastro de fuego alguno.

- Eso fue interesante Tadeo, muchas gracias.

Luego de decir esto, Estela volvió con los otros examinadores.
Tadeo estaba paralizado. Sabía que había fallado en su prueba, pero no creía que hubiera podido hacerlo mejor. Sus habilidades simplemente no estaban a la altura. Estaba desconcertado, realmente había dado todo de si en esa defensa.


Capítulo 4 - El principio del final



Mientras él seguía dando vueltas a lo ocurrido, Estela y el resto del grupo tenían una acalorada charla.
Pasados diez minutos Tadeo se percató de que nadie se había aproximado y contempló al grupo. Parecía que estuvieran discutiendo más que comentando lo ocurrido.
El joven de los treinta años o menos, por el cual Tadeo aun no había sido evaluado, negaba fuertemente con la cabeza y hacía ademanes violentos.
Finalmente, quien lo había recibido, el hombre de la barba larga se acercó.

- Perdón por la demora Tadeo. Yo soy Walter y también voy a probarte. - Dijo amablemente.
- Ok... ¿Pasó algo...? - Preguntó dudoso el alumno.

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Sintió que su cuerpo emanaba calor y poco a poco materializó una especie de burbuja de fuego que rodeaba todo su cuerpo, envolviéndolo como un capullo. Este fue cobrando fuerza, al punto de bloquear completamente la lluvia torrencial y secar completamente su cuerpo mojado por la lluvia, la cual fue detenida repentinamente por Estela.
Tadeo desintegró la protección y se puso de pie.

- Excelente Tadeo, muy buena defensa perimetral. Vamos a probar ahora algo más directo y preciso.

Dicho esto, Estela empezó a batir sus brazos de atrás hacia delante, como si empujara el aire, en grandes arcos.
Un gran torrente de agua se materializó y salió disparado hacia la mano izquierda de Tadeo, quien comenzó a correr para esquivarla.
La Manipuladora incrementó entonces la potencia, transformando el chorro de agua en una inmensa ola que cubría todo el espacio en un área de treinta metros hacia ambos lados.
La magnitud de la ola era impresionante, no había manera de escapar a eso. Tadeo entendió que Estela quería que se defendiera sin escapar. Vio como la poderosa onda de energía acuática se aproximaba y extendió su mano libre hacia delante del cuerpo, creó un muro de fuego tan intenso como pudo. La ola golpeó con la pared flamígera, la cual aguantó la embestida, dividiéndola en dos grandes corrientes de agua que corrían a los lados de Tadeo.
Estela unió ambas manos por las palmas, estirando solo sus dedos mayores e índices, formando una especie de pistola con sus manos unidas. La ola fue reduciendo su amplitud y tamaño, transformándose en un fino chorro de agua presurizada que surgía de los dedos de la Manipuladora.
La potencia del choque fue enorme; Tadeo, con muro y todo, comenzó a retroceder a causa del impacto que producía ese hilo de agua de inmensa fuerza contra su defensa.
Tadeo sentía la presión, su muro no aguantaría mucho más. Llevó su poder al máximo, el muro se redujo a una pequeña defensa circular que cubría el área de impacto del ataque.
Su cuerpo se tensaba, la mandíbula apretaba fuertemente, sintió que sus venas iban a estallar.
Y entonces sucedió; el fino chorro de agua atravesó la defensa de Tadeo, quien observaba todo con desesperación, sintiendo que el mundo corría en cámara lenta.

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- Vas a crear una llama en tu mano y pase lo que pase, la vas a proteger. Yo en cambio, voy a usar mi control del agua para intentar apagarla.

Así que Estela era Manipuladora de Agua... Era la prueba que Tadeo y posiblemente todo Manipulador de Fuego, temía. Pero al parecer iba a ser sencilla, o al menos, inofensiva.

- En esta prueba, mi único objetivo va a ser la flama que crees en tu mano, ninguno de mis movimientos va a tener como objetivo tu cuerpo. ¿Se entiende? Así mismo, tu objetivo es defenderla, pero atacándome o incapacitándome no es la manera y no está permitido ¿Está claro?
- Si.
- Perfecto, vamos a comenzar, creá la llama.

Tadeo dudó un momento y finalmente optó por crearla en su mano izquierda, dejando libre para defenderla, su mano más hábil.

- Excelente, comencemos. - Dijo Estela.

Realizando un movimiento amplio con el brazo, creó una débil lluvia sobre Tadeo. Él se alejó unos metros, pero Estela agrandó el área de la zona lluviosa. Tadeo cubrió la llama con su mano derecha a modo de paraguas.
Entonces la lluvia se intensificó, poniendo en peligro la flama. Tadeo materializó un campo de fuego en su mano libre y con eso la cubrió, a modo de campana.
La lluvia siguió ganando fuerza hasta transformarse en un violento chaparrón que comenzaba a traspasar el campo protector de fuego.
El agua caía tan fuerte y continuo que Tadeo perdió visibilidad y empezó a temer por su prueba. Notó que su campo flameante era ya casi inútil y la lluvia lo golpeaba con furia, obligándolo a arrodillarse, protegiendo la llama con su cuerpo.

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- ¿Algún otro motivo? - Mónica aguzó su mirada.
- Ehmm... No... Creo que no... Bah... Hay rumores...
- ¿Si...? - Lo apuró.
- Mmm... Se rumorea que... Habría gente organizándose en contra de los Manipuladores...
- ¿Y vos qué pensás de eso?- Se notaba excitación en la voz de Mónica.
- No se... Son rumores... - Tadeo respondía dudoso.
- A veces, los rumores, son indicios de tormenta...

Tadeo no sabía qué responder a eso, ni entendía qué demonios habría querido decir la señora con eso.
Se hizo un silencio incómodo por un buen rato.

- Bueno Tadeo, gracias por tus respuestas, eso es todo. Espero que hayas podido recuperarte un poco.

Entonces Tadeo recordó el cansancio y el dolor que había sentido y notó que habían desaparecido.

- Si. Gracias Mónica, ya estoy mejor.

Ambos se pusieron de pie y la señora se retiró hacia donde se ubicaba el resto del grupo.
Esta vez no hubo pausa, inmediatamente Estela se acercó al alumno.

- Hola de nuevo Tadeo.
- Hola...
- Quedáte tranquilo que en lo que a mi respecta vas muy bien. - Le dijo sonriente.
- ¡G-gracias! - Tadeo sintió un poco de alivio.
- Bueno, vamos con la siguiente prueba. Es sencilla.
- Ok...

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- Cinco. Cuatro de Manipulación Elemental, basados en Fuego, Tierra, Agua y Aire. Y el don de los brujos... E-em perdón, espiritualistas. - Se sonrojó por el error.
- ¿Y qué porcentaje de la población mundial posee dichos dones? - Siguió Mónica ignorando el "brujos".
- Umm... Algo así como un quince por ciento. Repartidos entre los cuatro elementos y una mínima porción, inferior al uno por ciento mundial, con el don espiritual.
- Mmm, bastante acertado. Aunque se cree que ese porcentaje se redujo bastante en la última década. ¿Qué me podés contar sobre el don espiritual?

Mierda. - Pensó Tadeo.
Esa era una pregunta que habría preferido evitar. Era poco lo que Tadeo sabía sobre el tema y menos aun lo que podía explicar.

-Ehmm... Los espiritualistas... No se rigen bajo las leyes del universo como el resto de las personas. Sus demostraciones de poder son verdaderos milagros. Su poder se basa en el grado de su fe hacia su dios. Se dice que pueden hacer cualquier cosa... Aunque pocos pueden materializar sus deseos...

Se produjo un silencio incómodo.

- ¿Nada más?
- Mmm... No...
- ¡Ay Tadeo! ¡Qué poco sabés de ellos y del mundo que te rodea! - Dijo con evidente decepción.
Bueno, habláme del resto de los dones, los elementales. ¿Cómo consigue dichos dones una persona?
- Pueden aparecer solos, en la infancia, o pueden desarrollarse mediante la práctica. Una persona no puede manipular más de un elemento. Por lo tanto, un don innato, marca para siempre a la persona...
- ¿Y si se puede aprender, en caso de no ser un innato, por qué tanta gente no manipula?
- Mmm... El practicar no asegura conseguir el don.
Hay gente que intentó muchos años y no logró nunca manipular. Gente que lo logró pero nunca pudo dominarlo y personas que resultaron excelentes Manipuladores.
Por eso, algunos prefieren no intentarlo. Otros tienen miedo de no poder dominar sus dones y lastimarse o herir a alguien cercano.

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- Perdón... De verdad... No tengo idea, entré en pánico. - Respondió avergonzado.
- Bueno, eso es todo, terminó tu segunda prueba. - El tono de Juan destilaba odio.

Juan se puso de pie y se alejó de Tadeo, reuniéndose con el resto del grupo de examinadores, quienes contemplaban con cara de asombro la escena.
Los siete miembros del grupo mantuvieron una conversación, al tiempo que Tadeo se incorporaba un poco para quedarse sentado en el suelo.
Finalmente, la otra señora que había estado hablando con Claudio y Estela en la entrada de la academia, se acercó.

- Hola Tadeo, mi nombre es Mónica. Y como supondrás, soy la tercer parte de este examen. Pero quedáte tranquilo, vas a poder descansar ahora, lo nuestro va a ser más bien teórico. - Su voz era calma y suave.
- Uff... ¡Qué bueno! Emm... Hola Mónica. - Respondió Tadeo jadeante.
- Relajáte, aprovechá este rato para descansar. - Dijo la señora al tiempo que se sentaba ella también al lado del alumno.

Tadeo estiró sus piernas y relajó sus músculos. Su respiración seguía agitada y los brazos le temblaban por el esfuerzo, sin embargo, el dolor en su pierna y en su cuerpo, producto de los diferentes impactos, iba remitiendo.

- Bien, vamos a comenzar. Te voy a hacer una serie de preguntas; quiero que te tomes tu tiempo y pienses bien antes de responderlas. ¿De acuerdo?
- Está bien.

Mónica se tomó un momento, miró fijo a Tadeo, como analizándolo.

- Decíme Tadeo ¿Cuántos tipos de dones hay en el mundo?

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Trabó sus brazos al costado del cuerpo, uno a cada lado, dejándolos extendidos, perpendiculares al suelo tembloroso, con las palmas abiertas y los dedos separados.
De cada palma se materializó a gran velocidad un potente chorro de fuego, que lo propulsó hacia arriba unos centímetros, despegándolo del suelo que dificultaba su equilibrio.
Tadeo flotaba, algo que nunca había hecho, tanto por no poder, como por no haber siquiera imaginado intentarlo.
El gran bloque de piedra comenzó a descender, pero Tadeo no era consciente de eso, de hecho, no era consciente de nada de lo que estaba sucediendo.
Tiró los brazos hacia atrás y aumentó la potencia del chorro de fuego, saliendo disparado en forma de bala hacia Juan.
A lo lejos, detrás suyo, escuchó el impacto del bloque que casi lo aplasta contra el ring, pero no entendió a qué se debía ni de dónde provenía ese fuerte sonido. No entendía nada. No comprendía lo que pasaba, ni qué o siquiera cómo estaba haciendo lo que fuera que estuviera haciendo su cuerpo.
Sintió que su cabeza y luego sus hombros impactaban con un cuerpo blando y lo atravesaban. 
¿O no?
No, no lo atravesaban, lo arrastraban con él. Lo empujaban con su propio cuerpo.
Fue entonces cuando la explosión de adrenalina se terminó y sintió su cuerpo caer, a la vez que sus sentidos volvían a estar bajo su control.
A continuación, aterrizó fuera del ring, de un golpe, amortiguado en parte por el cuerpo de Juan. Quedó tendido en el suelo, sobre su rival, sintiendo un agotamiento extremo y dolor en todo el cuerpo.

- ¡Auch...! - Se quejó Tadeo.
- Tadeo, salí de encima. - Pidió Juan, con voz de dolor.
- ¡Uy! Si, perdón... - Dijo Tadeo al tiempo que se movía como podía hacia un lado quedando tendido en el suelo, al lado del Manipulador Tierra.
- ¿Qué carajos fue eso Tadeo? ¡Te transformaste en cohete y te me tiraste encima a lo kamikaze! - Preguntó furioso Juan.

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Tadeo se puso de pie y notó una sombra que se materializaba a sus pies, cada vez más grande. Miró hacia arriba y vio un enorme bloque creándose a 2 metros de su cabeza.
Éste empezó a caer. Tadeo horrorizado echó a correr y saltó justo para evitar que lo aplastara. Cayó al suelo y ahí se quedó. Lo estaba aniquilando. Necesitaba evaluar opciones. Juan parecía dispuesto a todo para ganar. Había dicho que era un enfrentamiento libre... Pero también dijo que el objetivo era tirar al otro del ring, no aplastarlo como a una cucaracha.
Tadeo se puso en pie, aunque la pierna le dolía. Resolvió que necesitaba atacar. Si seguía jugando defensivo, no podría aguantar mucho más.
De pronto, el suelo comenzó a temblar bajo sus pies, desestabilizándolo.
Una serie de fragmentos pequeños de tierra voló hacia Tadeo, quien solo atinó a cubrir su cabeza entre sus brazos y prepararse para los impactos.
Comenzó a sentir una lluvia de dolor por todo su cuerpo. Las pequeñas piedras estaban rasgando su carne, cortando su ropa y dejando heridas en todo su cuerpo.
El suelo aun temblaba a sus pies. Tadeo sabía que si caía, sería su fin. Con la pierna dolorida y el suelo inestable, no podría volver a pararse y estaría perdido.
Luego de varios segundos de intenso dolor por los impactos en todo su cuerpo, Tadeo notó que cesaban, aunque el suelo aun temblaba y él a duras penas podía mantener el equilibrio. Vio entonces, como otra vez, una gran sombra aparecía a sus pies y no necesitó comprobarlo para saber lo que significaba.
¿Acaso Juan pretendía matarlo?
Si le tiraba otro bloque gigante ahora, que no podía moverse ni controlar sus pies, definitivamente lo aplastaría.
La sombra a sus pies dejó de crecer, y entonces Tadeo supo que era cuestión de segundos antes que comenzara a descender hacia él.
La desesperación se apoderó de su cuerpo, perdió el control de sus pensamientos y comenzó a actuar instintivamente.

Página 14 - Capítulo 3

Tadeo vio que hablaban entre ellos y luego, uno de los jóvenes se acercó a Tadeo.


Capítulo 3 - Adrenalina


- Hola Tadeo, mi nombre es Juan. Soy un Manipulador Tierra y voy a ser tu segunda prueba.
- Mmm... Ok... Hola Juan. - Respondió Tadeo.
- Bien, esto es sencillo. Vamos a tener un enfrentamiento libre, sin reglas. El único objetivo, es hacer que el rival se caiga del ring...
- ¿Qué ring? - Preguntó sorprendido Tadeo.
- Este...

Juan dio un fuerte pisotón. La tierra comenzó a temblar y un área circular con un diámetro de unos diez metros se elevó desde el suelo, con Tadeo y Juan dentro, hasta alcanzar un metro de altura.

- ¿Estás listo?
- Emm... Si...

Inmediatamente, un bloque de tierra se desprendió del centro del ring y salió disparado hacia Tadeo, quien rodó por el suelo para esquivarlo. Sin pausa, desde el suelo, vio que tres bloques más, volaban hacia él. Siguió rodando y esquivó uno, otro pasó por encima de él a pocos centímetros rozándole el pelo. El tercero se aproximaba, directo a su rostro; se puso en pie y saltó para evadirlo, pero Juan lo redireccionó y el bloque golpeó a Tadeo en la pierna. A quien se le escapó un grito de dolor y cayó de rodillas. El golpe no era grave, pero le provocó un fuerte dolor en la pierna.

Página 13

Ese era el momento, Laura estaba concentrada en el ataque inminente y no prestaba atención a Tadeo, quien hizo un complicado movimiento con su mano derecha.
La manipuladora desvió sin problemas la bola de fuego y un segundo después soltó un grito.

- ¡Ay! - Gritó Laura, más por sorpresa que por dolor.

Levantó y contempló su mano izquierda con cara de asombro. Tenía una pequeña marca de quemadura en su palma y salía un poco de humo.

- ¡Wow! ¡No me lo esperaba! - Laura estaba atónita.
¡Eso si que fue osado eh! - Parecía avergonzada.

Tadeo estaba igual de sorprendido. Realmente no había tenido muchas esperanzas de que fuera a funcionar. Y la verdad es que tampoco había sido un completo éxito.
Su intención había sido crear fuego directamente en la palma de Laura. De por si, ese tipo de materialización, el que se realiza directamente dentro del cuerpo de otro individuo, es el más difícil. Para complicar aun más, el nivel de poder de ambas partes también es tenido en cuenta. El hecho de que nunca lo hubiera logrado con Claudio y ahora hubiera conseguido un pequeño avance con Laura, indicaba que las defensas de ella eran muy inferiores a las de su maestro. Sin olvidar, que el factor sorpresa también ayudó.
Podría decirse, que Tadeo se jugó a todo o nada con esa táctica y tuvo éxito, parcialmente, gracias al bajo nivel de poder de Laura y al hecho de sorprenderla atacando justo cuando su atención estaba en otro objetivo.

- ¡Wow...! - Dijo Laura otra vez.
Bien Tadeo, acá termina tu primer prueba.

Dicho esto, Laura se acercó al resto del grupo.

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La primera, fue detenida en el aire por Laura.
La segunda impactó con la primera, sin que Tadeo pudiera hacer nada al respecto. Se produjo una pequeña explosión que luego la Manipuladora desintegró.
Entonces Tadeo comprendió que no sería fácil.
Volvió a materializar bolas de fuego, las arrojó juntas. Creó más, arrojó y así siguió haciendo, hasta quedarse sin energía para continuar.
Laura desvió las doce bolas, como si de moscas se tratara.

- Me gusta tu perseverancia. Pero de verdad necesito que quemes mi mano Tadeo.

Tadeo comenzó a frustrarse. Era evidente que nunca iba a lograrlo. Esa mujer se estaba divirtiendo a costa suya.
Evaluó posibilidades. Otro ataque frontal no tenía sentido. Necesitaba sorprender a Laura de algún modo.
Usar el fuego creado por ella estaba descartado. Más bolas de fuego, tendrían el mismo resultado.
Su única opción era... ¿Funcionaría? Nunca lo había logrado con su maestro... ¿Pero tenía otra opción...?

Comenzó a crear otra bola de fuego en su mano izquierda, la menos hábil.

- ¿De verdad vas a seguir con eso corazón? - Preguntó Laura entre exasperada y divertida.

Tadeo no respondió, realmente necesitaba de toda su concentración y destreza para lo que iba a intentar.
Lanzó sin mucho fuerza ni dirección la bola de fuego. Y esperó.
La sincronización era su única posibilidad.
Cuando el proyectil estuvo a medio metro de Laura, ella levantó su mano derecha para desviarla, al igual que con las anteriores.

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Tadeo contempló su creación. le pareció suficiente.
Sostuvo la bola con una sola mano y cual jugador de béisbol, la arrojó hacia la mano de Laura.
La bola se acercó y cuando estaba a pocos centímetros de impactar, salió disparada por el aire. Laura la desvió fácilmente.

- ¡Muy bien Tadeo! Buen intento, pero no me quemaste. Ahora quiero que lo vuelvas a intentar, pero con el fuego que cree yo.

Tadeo sabía que esto iba a ser mucho más difícil. Manipular el fuego creado por otra persona, es mucho mas complejo e inestable que el propio.
Se esforzó en formar una especie de lanzallamas a partir del fuego creado por Laura. Lentamente éste se materializó. Entonces, con toda la concentración de la que era capaz, Tadeo lo disparó hacia la mano de Laura.
La línea de fuego salió despedida, pero su trayectoria apuntaba al rostro de la Manipuladora. Tadeo quiso redireccionarlo a su mano, pero no lo conseguía. Estaba perdiendo el control sobre la llamarada, la cual fue reduciendo su velocidad, hasta detenerse y desaparecer, sin llegar a la Manipuladora.
Tadeo había perdido el control de ese fuego ajeno, por lo que no pudo mantener activo su desplazamiento.

- Otro buen intento... Pero mi mano sigue intacta. Dale, de nuevo. Quemáme la mano como sea. Con cualquier fuego y de cualquier manera.

Tadeo decidió olvidarse de ese fuego que no podía manejar, e intentar con el propio. Se sentía más confiado, la práctica había eliminado todo temor o nervio que pudiera haber tenido.
Formó dos bolas de fuego, una en cada mano. Arrojó una y mientras esa volaba hacia Laura, tiró la otra.

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- Eh... Si. Umm ¿Qué hago? - La voz de Tadeo temblaba acorde a su cuerpo.
- Fuego por favor. Hacé fuego.
- B-bueno...

Tadeo comenzó a concentrarse. quería formar una flama en la palma de cada mano.
No estaba funcionando. Optó por crear fuego solo en su palma derecha. No podía. Obviamente los nervios no estaban ayudando.
El resultado, fue un chispazo en su palma y un poco de humo.

- Te voy a ayudar Tadeo, tranquilo. - Dijo Laura.

Con un grácil movimiento de su mano, una columna de intenso fuego surgió del suelo, hasta alcanzar un metro de altura.

- Ya tenemos fuego.
- ¡Sos incineradora como yo! - Tadeo se sorprendió.
- Si corazón ¿Ahora te quedás más tranquilo?
- Si, la verdad que si. No me lo esperaba. - Todo el temor y nerviosismo de Tadeo fue reemplazado por asombro.
- ¿Y si ahora te pido que me quemes la mano?
- Mmm... Bueno, si. - Contestó con seguridad Tadeo.

Se concentró en crear fuego desde la punta de sus dedos, el cual comenzó a materializarse, como una pequeña llama en cada dedo de ambas manos. Luego juntó los dedos uniendo las pequeñas llamas entre si, resultando en una única llama en cada mano. Quiso hacerlas crecer, pero no lo conseguía. Resolvió unir ambas manos, para formar una especie de pelota flameante contenida entre sus palmas, del tamaño de una pelota de tenis.

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-De ahora en adelante comienzan las pruebas, todo queda en vos Tadeo Olivares. - Concluyó el hombre.

Dicho esto, el grupo de evaluadores se retiró unos 50 metros, excepto por la mujer de los cuarenta años, quien permaneció frente a Tadeo.

-¡Hola Tadeo! ¡Un gusto conocerte! - Su voz era alegre y enérgica.
Mi nombre es Laura y voy a ser tu primer prueba.
- Hola Laura, un gusto. - Respondió nervioso Tadeo.
- ¡Ey! ¡Tranquilo! Va a salir todo bien.
- Umm... Si.. Gracias...
- Bueno vamos a empezar ¿Me podés quemar la mano? - Preguntó alegre.
- Emm... ¿Qué? - Preguntó Tadeo sorprendido.
- Eso corazón. Quemame la mano - Su voz era tan dulce, que Tadeo no podía relacionarla con el pedido masoquista.
- Pero... Te voy a lastimar. - Tadeo pasaba de los nervios a la preocupación.
- Y si mi vida. Eso te estoy pidiendo.
- Pero... No quiero lastimarte.
- Pero yo te lo estoy pidiendo Tadeo.
- Disculpáme Laura, no quiero lastimarte.
- ¿Es tu respuesta final?- El tono de Laura se había endurecido.
- Mmm... Si. Perdón...
- Ok. ¡Qué manera rara de comenzar! ¿Sabés que te estás jugando la aprobación, no?

Tadeo comenzó a temblar.

- Bueno... ¿Podés mostrarme fuego? - Preguntó Laura.

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Estela lo guió por el pasillo que tantas veces había recorrido, en completo silencio. Pasaron varias aulas, doblaron en una esquina, continuaron por el pasillo, llegaron a una puerta que daba a un patio y salieron.
Caminaron más de 300 metros, hasta que llegaron a una especie de claro, donde esperaba un grupo de personas.

-Bienvenido Tadeo Olivares. - Dijo un hombre de unos sesenta años y barba larga.

El grupo estaba compuesto por siete personas. Dos jóvenes de unos treinta o menos, una mujer de cuarenta, una señora que parecía haber pasado los ochenta. La otra señora que había estado hablando con Claudio en la entrada de la academia, Estela y el señor que le había dado la bienvenida.

- Nosotros vamos a ser quienes juzguemos tu habilidad y al final, los siete vamos a darte nuestra aprobación, o no. - Comenzó el señor de los sesenta años.
En el caso de tener la aprobación de cinco de nosotros, te llamaremos colega. De no ser así, tendrás la oportunidad nuevamente dentro de un año. Te recomiendo que te concentres y te esfuerces. Tené en cuenta, que si no conseguís al menos la aprobación de dos de nosotros, no tendrás derecho a continuar instruyéndote con tu maestro actual. Y para serte franco, no muchos maestros aceptan a alumnos que no lograron dos aprobaciones.
- ¿QUË? - Gritó sin querer Tadeo, horrorizado.
¡Uy! Perdón, es que no sabía...
-Ahora lo sabés. - Respondió el hombre de barba.
De todos modos, tranquilo, no es común que suceda.
No estamos acá para que desapruebes ni para negarte un derecho. La verdad, es que en el mundo hay cada vez menos Manipuladores y personalmente sospecho que vamos a necesitarlos mucho en el futuro. Como verás, nuestra voluntad es buena; pero todos los aquí presentes estamos de acuerdo en que es preferible un Manipulador menos en el mundo, que uno incapaz de manejar sus dones.

Página 7 - Capítulo 2

- Mmm... Mirá Tadeo; te van a evaluar muchas personas y yo voy a ver todo, pero no, no voy a ser tu evaluador hoy. No tengo permitido hacerlo. Imparcialidad y eso... Ya sabés.
- Ahora si estoy nervioso...
- Tranquilo. Te va a ir bien. Bueno, te dejo ya. Vos quedate acá que ya te van a venir a avisar como sigue todo.
- Uh... ¿Ya te vas?
- Yo voy a estar cerca, viendo todo. No te olvides.

Mientras le decía esto, Claudio le guiñó un ojo. Eso sorprendió a Tadeo. No recordaba otra ocasión en que hubiera visto a su maestro hacer eso.

- Gracias maes...

Pero Claudio ya se estaba yendo. Y Tadeo se quedó ahí, parado, solo, con la vista en la espalda de su maestro que se alejaba por el pasillo.


Capítulo 2 - Pruebas



Después de quince minutos de espera, nervios y aburrimiento, una de las dos señoras que había estado hablando con Claudio se acercó a Tadeo.

- Buen día Tadeo, mi nombre es Estela, seguíme por favor.
- Bueno... Buen día...

Página 6

- No se NADA del examen. Ni siquiera se cómo será o qué tendré que hacer...
- ¡Bah! Siempre con ese secretismo los maestros. Bueno, acá te esperamos. ¡Éxitos!
- ¡Suerte Teddy! Solo... ¡No quemes a tu profe! - Bromeó Cristian.
- Esperemos que no. Gracias chicos, nos vemos.

Tadeo cruzó las puertas de entrada, deseando que fuera por última vez.
En la academia había el mismo poco movimiento de siempre. Como decía su maestro, o la gente estaba perdiendo los dones, o las agallas.
Cerca a la entrada, estaba su maestro, Claudio. Un hombre de 40 años, cuerpo robusto y bigote.
Claudio era bien conocido en el pueblo por llevar más de 15 años tomando alumnos bajo su tutela en cuanto a la Manipulación de Fuego.
Dos señoras estaban hablando con Claudio, quien de espaldas a la entrada, no vio llegar a Tadeo.

- Buen día maestro. - Dijo Tadeo en el tono cordial con el que siempre se dirigía a Claudio.
- ¡Bueno bueno! ¡Llegaste temprano Tadeo! Las señoras ya se iban. - Agregó con una mirada que evidenciaba secretismo.

Ambas señoras saludaron con la cabeza y se alejaron por un pasillo, al interior de algún aula.

- ¿Pasó algo...?
- No Tadeo, cosas que no podes saber, Por ahora al menos. ¿Nervioso?
- ¿Debería?
- Fuiste mi alumno 5 años, si algo te sorprende o te pone nervioso, eso hablaría mal de mi.
- Gracias Claudio... Aunque no se si eso me calma o me agrega presión.
- Que quede entre nosotros... Pero tengo fe que te van a aprobar. - Dijo el maestro afectuoso.
- ¿Eh? ¿Quiénes? ¿No me vas a evaluar vos? - Preguntó con evidente nerviosismo Tadeo.

Página 5

Luego, tenía problemas para respirar y hasta para hablar. Terminó implorando su rendición. Dice la gente, que el combate, si es que merece ese nombre, duró menos de un minuto, siendo uno de los más cortos registrados en la historia.
Otra de las leyendas favoritas de Tadeo, era la hazaña de aquel indiscutible héroe que había dado su vida para salvar un pueblo. La historia dice, que un antiguo pueblo, hoy en día ciudad, se encontraba a los pies de una de las más altas montañas del mundo. En cierta ocasión, un confiado Manipulador Tierra, había osado desplazar dicha montaña. El resultado fue un alud tan impresionante, que se dice que sonaba como si el cielo se derrumbara. Y en cierto modo así era para la gente del pueblo.
Viendo la catástrofe próxima, el héroe fue hasta el límite del pueblo, a los pies de la montaña. Creó un muro de fuego, tan alto y ancho como su control le permitió. Su objetivo era derretir la nieve que amenazaba al pueblo.
En principio el plan estaba funcionando, todo parecía un éxito. Lo que no tuvo en cuenta, es que lo que era un alud, se transformó en un tsunami por la acción de su muro de fuego. Una inmensa e imparable ola de agua que se dirigía hacia el pueblo amenazando con llevarse todo a su paso. Desesperado, el Manipulador Fuego, elevó su poder al límite, logrando no solo derretir la nieve, sino también evaporar el agua.
Algunos pueblerinos dicen que su cuerpo se fundió con el del muro de llamas. Otros, que explotó en una columna de fuego por el sobreesfuerzo. En lo que todos coinciden, es en que salvó miles de vidas. Incluso se le adjudica el cambio climático de la región. Dicen que ya no es una región helada, pues su esfuerzo habría modificado la capa de ozono.
Hoy es un punto turístico, la estatua erigida en su nombre, a pies de la montaña, en el límite de la ciudad.

Las puertas de ingreso a la academia devolvieron a Tadeo a la realidad.

- Bueno, hasta acá llegamos nosotros Teddy. - Dijo Cristian.
- Si... Gracias chicos...
- ¿Tenés idea cuánto tardarás? - Preguntó Julián.

Página 4

- Y por si ya no fuera difícil el examen, tu amigo te agregó un dolor de cabeza. - Agregó Julián.
- Y vos miedo... ¿Tan jodido es?
- Y... Sí. - Respondió la pareja al unísono.
- En si, más que difícil es complejo. Tenés que estar muy fresco y atento - Dijo Cristian.
- Igual, nosotros no somos quematodo como vos. Quizás el tuyo sea más... Básico. - Concluyó Julián.
- ¡Ja ja! ¡Qué raro un Manipulador Aire creyéndose superior! Los Incineradores también necesitamos cerebro y destreza.
- Otra vez con esto no chicos, no jodan, hoy no. - Zanjó Cristian.
- Bueno... Dale, vamos que quiero llegar temprano. - Dijo Tadeo.

Los tres amigos comenzaron a caminar.
La prueba se llevaría a cabo en la academia de Manipuladores de Fuego, a unos 800 metros de la casa de Tadeo.
La academia era un predio enorme, con tantas vueltas, recovecos y aulas desconocidas, por así llamarlas, que muy pocos sabían con exactitud sus dimensiones. El chiste popular, es que la academia de fuego, es el edificio con mayor cantidad de extintores y material de primeros auxilios de la ciudad.

A lo largo de sus 5 años estudiando allí, Tadeo había aprendido muchas cosas y conocía gran parte de las instalaciones. Los conocimientos adquiridos iban más allá del manejo y creación del fuego. Incluían conocimiento sobre las otras tres escuelas: Agua, Tierra y Aire. Incluso le habían hablado un poco sobre los espiritualistas, o brujos como a él le gustaba decirles. También había aprendido sobre las posibilidades de cada elemento, el modo en que no había limitaciones para lo alcanzable; y por supuesto había escuchado miles de hazañas de grandes Manipuladores del Fuego de la historia.
Su preferida era, posiblemente, aquella en la que un Manipulador de Fuego ganó un enfrentamiento contra un Manipulador de Agua, sin necesidad de usar fuego, o no directamente y antes siquiera de que el combate iniciara. El vencedor, mostrando un nivel de poder impresionante, simplemente había elevado la temperatura tan drásticamente, que su rival, al principio, no era capaz de crear agua sin que se evaporara en instantes.

Página 3

- ¡Uy! ¡Perdón Teddy!
- ¡Cristian! ¿Qué carajos? ¡Dolió! - Gritó Tadeo.
- Perdón amigo, la idea era mojarte nada más, la pifié con la materialización y me salió hielo ¡Perdón!

Era Cristian, el mejor amigo de Tadeo. Un Manipulador de Agua de 18 años, quien había aprobado el examen final a los 17, pero tenía aun problemas controlando sus habilidades.
Cristian es un muchacho rubio, con pelo corto lacio, de piel muy clara y unos profundos ojos azules. Su piel era tan clara, que podían notarse algunas venas, en su cuerpo ligeramente trabajado.

- ¡Rubio! ¡La que te parió! ¡Estoy empapado! ¡Y eso va a dejar un chichón!
- Con lo de mojado yo ahora te ayudo Teddy, lo del chichón... te lo debo. - Dijo otra voz.

Inmediatamente una fuerte ráfaga envolvió a Tadeo de pies a cabeza. A los veinte segundos, estaba completamente seco y por supuesto, despeinado.

- Gracias Julián. ¿Peine tendrás? - Dijo Tadeo irónico.
- Te lo debo también. - Respondió Julián.

Recién en ese momento, Tadeo lo miró. Julián, el novio de toda la vida de Cristian. Eran inseparables. Era imposible ver a uno sin el otro. Julián tenía 18 años y era un excelente Manipulador de Aire para ser tan joven. De pelo negro azabache, que le caía sobre las orejas ocultándolas. Su tez clara y ojos oscuros como la noche, así también como sus movimientos ágiles, le habían ganado el apodo de "El Vampiro". De 1.82 metros de altura, era el más alto del grupo, superando a Cristian por unos cinco centímetros y a Tadeo por diez. A diferencia de Cristian, su cuerpo delgado no conocía el trabajo de fuerza y su mirada era fría como el invierno con todo el mundo, excepto con su novio.

- En fin, venimos a acompañarte a rendir, amigo. - Dijo Cristian.
- ¡Buenisimo! ¡Gracias! - Respondió Tadeo alegre.

Página 2

Su espectador, era un muchacho de pelo castaño, con rulos rebeldes hasta el cuello, piel rosada (como un "chancho", diría Fernando) y ojos verdes.
Como siempre, no estaba satisfecho con lo que veía, entonces apartó la mirada.
Después de bañarse y vestirse con bermudas, remera de mangas cortas y zapatillas (el consejo popular, era ir cómodo al examen), descendió a la planta baja de su casa y fue a la cocina.
Lo recibió su madre, una mujer de más de 40 años, pero con el espíritu de una adolescente. Estatura media y sonrisa sincera.

- ¡Buen día hijo! ¿Cómo estás?
- Hola ma. Bien...
- Te hice el desayuno... ¿Nervioso?
- ¿Yo? Para nada. Yo ya soy un excelente Incinerador, lo que falta es papeleo.
- Más que incinerador... Quematodo diría yo. - dijo entre risas.
- ¡Mamá! - replicó Tadeo indignado.
- Sólo no te confíes. La prueba final no es joda.
- Ya se, lo aprendí de Fer.
- Que no te escuche... Dale, comé.

Tadeo se sirvió jugo y comió las tostadas. Miró el reloj, 10:15. El examen no era hasta las 11:00; pero no quería seguir en su casa.

- Chau ma, me voy ya, quiero llegar temprano.
- Suerte hijo ¡Vos podés!
- Después nos vemos...

Salió de su casa, e inmediatamente lo golpeó en la cabeza un cubo de hielo del tamaño de una pelota de tenis, que luego de golpearlo, se derritió completamente y lo empapó.

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Ese es el primer gran paso.
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Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

Sobre la historia

Información General 


El plan es actualizar la historia 1 página por día, una vez tenga un cuerpo suficiente como para resultar interesante. No es una estrategia de absorción de lectores, es una manera de mantenerme motivado y mantener un buen ritmo. Por otro lado, mi prioridad es mantener el blog vivo, por lo que si la fecha límite resulta un inconveniente, será obviada.


Vistazo a futuro


Si te preguntás mi plan a futuro con la historia, si ya tengo todo escrito, o todo pensado, vengo a responder eso.

Escribo la historia según la motivación que tenga. Tengo MUCHAS cosas que desarrollar y no tengo un final decidido, aunque si considero varias opciones. Quiero llevar la historia más allá de una simple novela, tengo muchas cosas que contar y elaborar, por lo que planeo hacerlo por MUCHO tiempo. Pueden esperar Odisea Final por muchos años.


Errores

Si sucede que encontrás algún error de tipeo, me alegraré de que lo resaltes en un comentario... incluso si te comportás como un idiota... Me alegrará y lo corregiré.