Y
eso hizo. Como había practicado ya varias veces, creó unos propulsores de fuego
de sus manos que lo mantuvieron estable y a flote. Vio que ahora estaba volando
cerca de Julián.
-
¡Wow! ¡Muy bien! – se asombró Julián.
Cristian
sonreía, estaba feliz de que su amigo hubiera recuperado mínimamente el honor.
Sin
mediar palabra, Tadeo comenzó a lanzar golpes de fuego hacia Julián, quien los
esquivaba entre carcajadas dando piruetas en el aire.
-
La… puta… que… te… parió… - Decía Tadeo entre cada golpe que enviaba.
El
problema era que para lanzar un ataque, perdía estabilidad al mantenerse
momentáneamente a flote solo con la otra mano.
-
Jajaja era una joda Teddy. No te enojes. – Julián reía y esquivaba.
El
enojo de Tadeo finalmente remitió y fue reemplazado por el cansancio que implicaba
para él atacar y volar a la vez.
-
Vengan. – Les gritó Cristian para que lo escucharan.
Ambos
Manipuladores descendieron, hasta quedar flotando a pocos centímetros de la
superficie del agua.
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