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- Es hermoso. – Admitió Tadeo. Extrañamente, a pesar del peligro que sentía su cuerpo en esa situación, la vista lo calmaba sobremanera.

Pasaron un rato largo contemplando el entorno. Cristian le señalaba algo cada tanto a su novio, algún pez particularmente grande, un cangrejo acercándose, cualquier cosa que llamara su atención.

- Bueno, sigamos. – Le dijo Julián a su novio.

Tadeo los miró con desconfianza y temor, pero no dijo nada.

Cristian uso sus dones para controlar el agua que los rodeaba, y empezó a hacer avanzar la esfera de aire, haciendo que el trio viajara bajo el agua, cerca del fondo de la laguna.
El recorrido era sorprendente. Una experiencia única e inolvidable. Fueron encontrando distintos objetos y especies animales por toda la laguna. Tadeo había aumentado el tamaño de su flama, permitiendo que el rango de visión se extendiera un poco más.
La paz y armonía reinaba. No había sonidos ni nada que los perturbara.
Tadeo pensó en su maestro y en su familia. Extrañaba a Fernando. Sentía como si no se hubieran visto por varios años. Y luego recordó a Marta y Julio. Los sentimientos se agolparon en su interior. Se le cerró la garganta y humedecieron los ojos.
La esfera se detuvo sin que Tadeo lo notara. Alguien lo abrazó por atrás, era Cristian.

- Ya está… - Le dijo suave al oído.

Las lágrimas se liberaron y comenzaron a correr silenciosamente por su rostro.

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- Tranquilo, relájate, tomate tu tiempo y cuando estés listo, danos luz. – Le dijo con paciencia el Manipulador aire.

Tadeo trató de relajar su cuerpo, pero dejó los ojos cerrados. Debía crear una llama, pequeña, solo la necesitaba para alumbrar. Pero debía cuidar que esta no hiciera reacción con la esfera de aire que los rodeaba por completo. Lo que menos quería era un accidente encerrados bajo el agua como estaban ahora.
La Manipulación apareció en su mano hábil e intentó reaccionar al instante con la de Julián, pero ambos pudieron armonizar el deseo de reacción.

Lentamente, Tadeo abrió los ojos, con miedo, pero lo que vio lo sorprendió y calmó.

Los tres amigos podían ahora ver, a pocos metros de distancia, el entorno que los rodeaba bajo el agua.
Cristian había empujado el agua que los cubría por la parte superior, haciendo que la esfera descendiera aún más metros. Al menos unos seis metros habían bajado hasta llegar al fondo de la laguna. Estaba enamorado de lo que veía. Siempre había sido su sueño poder ver bajo el agua. Si bien era su medio predilecto y había visitado el fondo de distintos lagos, ríos y lagunas, era la primera vez que podía ver bajo ellas.
Los peces aparecían y desaparecían de su campo de visión, el cual no debía ser mayor a los tres o cuatro metros. Podía ver las algas, cangrejos y ostras en el fondo. Las rocas cubiertas de distinta flora marina.
Podían ver la vida bajo el agua.
Julián abrazó a su novio y le dio un beso largo. Sabía lo que esto significaba para él.

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Los tres amigos descendieron más de dos metro, dentro de la laguna. Rodeados por el agua natural pero separados de ella por la Manipulación de Julián. Cristian entonces soltó la apertura que había hecho y el agua cayó sobre ellos, encerrando completamente la esfera. La oscuridad se hizo completa al instante.

- ¡Qué mierda! – Dijo Tadeo, sentía pánico, estaban encerrados bajo una laguna, completamente a oscuras.

- ¿No es hermoso? – Preguntó Cristian. No podía verse su cara, no podía verse nada de hecho, pero su voz hizo que Tadeo se lo imaginara con mirada embelesada.
- ¡Es horrible, quiero salir, no veo nada! – Reprochó Tadeo, quien había cerrado los ojos y los apretaba con fuerza
- Jaja, el quematodo en una tumba de agua. Debe ser desesperante… - Se burló Julián.

Tadeo no replicó, estaba muy asustado y atento a cada leve movimiento que se producía en la esfera que lo mantenía con vida como para pensar en una respuesta.

- Bueno, parece que la estás pasando mal de verdad. – Agregó Julián.
Solo vos podés ayudarte Teddy.
- ¿Eh?
- Acordáte lo que practicamos. Vos podés darnos luz. Para eso te trajimos.


Cristian supo entonces, por lo que acababa de decir su novio, que había supuesto bien, era para esto que su novio había simbiotizado con su amigo.

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El Manipulador Agua, quien estaba de pie sobre la laguna, les indicó que lo imitaran. Su novio lo hizo al instante, poniéndose de pie sobre el agua, al lado de su novio.
Tadeo tardó un poco más, la desconfianza lo hizo dudar, pero al ver a Julián hacerlo, se animó.
Los tres amigos se mantenían en pie ahora, en el centro de la laguna, gracias a los dones de Cristian.

- Bueno ¿Estamos listos? – Preguntó Cristian mirando a su novio.
- Si, dale… Tadeo, ahora sí, vamos a mostrarte de lo que veníamos hablando.

Tadeo ni respondió, estaba recuperando el aliento y demasiado intrigado por lo que iba a suceder.

Julián realizó unos gestos circulares con las palmas, como si moldeara un bollo y el trío fue envuelto por una esfera de aire de esas que tanto le gustaba hacer a Julián. La base de la esfera se levantó pocos centímetros, separándolos de la superficie del agua.
Cristian por su parte, desgarró el aire con sus manos, extendiendo sus brazos en distintas direcciones. Tadeo notó un movimiento bajo ellos en el agua, como si se separara hacia los lados, enviando pequeñas olas en cada dirección. Entonces la esfera que los contenía comenzó a descender, ingresando a la laguna.

- No… ¡Esperen! – Gritó Tadeo con el cuerpo tensionado.

- Tranquilo… no pasa nada. – Le dijo el Manipulador Agua.

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Y eso hizo. Como había practicado ya varias veces, creó unos propulsores de fuego de sus manos que lo mantuvieron estable y a flote. Vio que ahora estaba volando cerca de Julián.

- ¡Wow! ¡Muy bien! – se asombró Julián.

Cristian sonreía, estaba feliz de que su amigo hubiera recuperado mínimamente el honor.

Sin mediar palabra, Tadeo comenzó a lanzar golpes de fuego hacia Julián, quien los esquivaba entre carcajadas dando piruetas en el aire.

- La… puta… que… te… parió… - Decía Tadeo entre cada golpe que enviaba.

El problema era que para lanzar un ataque, perdía estabilidad al mantenerse momentáneamente a flote solo con la otra mano.

- Jajaja era una joda Teddy. No te enojes. – Julián reía y esquivaba.

El enojo de Tadeo finalmente remitió y fue reemplazado por el cansancio que implicaba para él atacar y volar a la vez.

- Vengan. – Les gritó Cristian para que lo escucharan.


Ambos Manipuladores descendieron, hasta quedar flotando a pocos centímetros de la superficie del agua.