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¿Q-qué… p-pasa…? – Preguntó Tadeo entre jadeos.
El
chico estaba encorvado, con las manos sobre sus rodillas, recuperando el
aliento. Pasado un momento, le respondió.
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Mi hermana, te dije. Me estaba buscando, y si me encuentra me va a matar. - La
respiración del chico también estaba agitada.
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¿C-cómo te llamás? – Tadeo aun sentía la espesa saliva formada en su boca.
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Diego… ¿Vos?
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Tadeo… un gusto.
Ambos
se sentaron en el suelo, con la espalda contra la pared, recuperando el
aliento.
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¿Y por qué quiere matarte?
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No sé. Siempre es así. Cuando me voy a jugar con mis amigos y vuelvo tarde, o
cuando no vuelvo. O cuando no le aviso a dónde voy, o cuando llevo amigos a
casa… O básicamente siempre, quiere matarme.
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Copada tu hermana. Me encantaría conocerla… - Dijo Tadeo entre risas.
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Me presento entonces. – Dijo una dura voz a sus espaldas.
Soy
Brenda.
Ambos
se voltearon tan rápido que se marearon. La hermana de Diego estaba de pie a
unos metros de ellos, y al parecer había escuchado el desafortunado comentario
de Tadeo.
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E-ehmm… ¡Hola! ¡Un gusto! – Dijo Tadeo poniéndose de pie de un salto,
totalmente ruborizado.
Soy
Tad…
-
Un idiota, ya se. No interesa. Hola y chau. Vamos Diego. – Dijo su hermana. El
tono era tan filoso que Tadeo no quiso ni ofenderse.
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