Ni
bien sonó un silbato, Brenda dio un fuerte pisotón.
Su
rival salió despedido del ring, volando unos cuantos metros y cayendo fuera.
Tanto
al volar por el aire como al incorporarse luego de la sorpresiva caída, el
gordo tenía cara de no entender qué le había golpeado.
La
multitud explotó en vítores, pero Brenda se bajó del ring sin siquiera mirar a
nadie.
-
¡Me voy a casar con ella!
-
¿Estás loco? Te molería a palos. ¡Además, ella es mía!
Tadeo
escuchó la conversación de dos amigos que estaban cerca de él contemplando a
Brenda como si fuera una diosa.
-
¿La conocen? – Preguntó Tadeo al dúo de fans.
Los
amigos se volvieron en plena discusión para mirar a Tadeo con asombro y recelo.
-
Si no conocés a La Rompe Huesos, es porque no sos de por acá. – Respondió uno.
- ¿La Rompe Huesos? –
Tadeo parpadeaba confundido ante el apodo.
Pero
los amigos no le dieron explicaciones y se alejaron.
-
¡Viniste! – Dijo con ánimo una voz detrás de Tadeo.
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