Salieron
del pueblo y se dirigieron caminando al oeste, según Julián esa era la
dirección en la que se encontraba la laguna, la cual calculaba que no estaría a
más de diez kilómetros.
-
Tadeo, quiero que probemos algo vos y yo. – Dijo Julián.
-
¿Eh? ¿Qué cosa? ¿Ahora?
-
Sí, ahora. Quiero que tratemos de simbiotizar nuestras Manipulaciones.
-
Uhmm… Si vos decís…
Tadeo
hizo memoria para recordar las palabras de Claudio, su maestro, al enseñarle
sobre la simbiosis de Manipulaciones.
-
Es una técnica que permite que las Manipulaciones de distintos Manipuladores
puedan convivir en armonía. Es decir, que no van a mezclarse ni anularse, cada
una va a mantener su estado original, aun estando en contacto con la otra. Por
supuesto, hay casos de simbiosis más sencillos y otros mucho más complejos. ¿Se
te ocurre alguno? – Le había preguntado Claudio.
-
¿Fuego y agua…? – Había respondido un joven y dudoso Tadeo.
-
¡Bingo! De las simbiosis más complejas. Aunque fuego y aire también es muy difícil
y bastante más peligrosa que la que vos dijiste…
-
Claro, porque fuego y agua en caso de que salgan mal… ¿Solo se anularían, no?
-
Exacto, muy bien mi pequeño pupilo. – Agregó Claudio con gracia.
En
caso de no simbiotizar, dependiendo cuál de esas dos Manipulaciones fuera de
mayor poder, el agua se evaporaría o el fuego se extinguiría…
-
Pero entre fuego y aire… - Comenzó Tadeo.
-
¡Boom! – Dijo Claudio a la vez que gesticulaba una explosión con sus brazos.
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