La
falta de oxígeno comenzaba a marearla. Alina materializó una gran roca sobre su
cabeza, la cual comenzó a descender con violencia hacia ella y su rival.
La
Manipuladora Fuego dio un salto hacia atrás para evitar ser aplastada, y la
roca golpeó solo a Alina, quien sintió el impacto a través de su armadura y la
mareó brevemente, obligándola a desmaterializar su armadura.
Ambas
contrincantes se miraron a los ojos un buen rato.
Tadeo
podía percibir la tensión entre ambas. La temperatura había vuelto a la
normalidad pero la tensión no paraba de aumentar.
Ambas
habían retrocedido. Las separaban unos 6 metros. Se miraban a los ojos, pero
sin perder detalle de cada movimiento de su rival, el más mínimo que fuera, un
músculo teniendo un leve espasmo, el aletear de la nariz al respirar, la
garganta al tragar saliva, la transpiración cayendo por la frente.
Al
mismo tiempo, como si de una coreografía se tratara, ambas comenzaron a correr
hacia su rival.
A
medio camino cada una materializó una especie de espada de su propio elemento y
las hicieron chocar en el centro del ring.
Tadeo
observaba fascinado, eso era algo que jamás se le habría ocurrido.
El
duelo ahora parecía un enfrentamiento de esgrima.
Chispas
y pequeñas piedras salían disparadas cada vez que las espadas chocaban.
Los
rostros y brazos tensionados de ambas participantes, le daban a Tadeo una idea
de la intensidad con la que estaban esgrimiendo sus espadas.
Durante
un breve momento, las espadas quedaron trabadas entre ellas y ambas
Manipuladoras cruzaron miradas. Tadeo pudo ver que movían los labios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario