Otra
ocasión para pensar que el don del fuego era el más destructivo de todos.
Seguramente con Cristian no habían tenido ese problema. Pensó con amargura.
-
Tranqui, cualquier cosa estoy yo. – Los animó Cristian mostrando levemente una pequeña
Manipulación acuosa en sus manos con un brillo extraño, que destacaba sus propiedades
curativas.
Comenzaron
con Tadeo. Julián lo envolvió en aire y exprimió su concentración. Lo que
necesitaba era sentir la reacción de sus dones al cuerpo de su amigo, y
viceversa, cómo el cuerpo de su amigo respondía a sus dones.
Tadeo
se tensionó al sentir el cambió atmosférico en su cuerpo.
-
Relajá. – Le llegó la voz de Julián a través de las corrientes de aire.
Tadeo
respiró hondo y relajó los músculos y la mente. Notó la extraña sensación que
le producía la Manipulación de su amigo, pero sabía que estaba fuera de peligro
y entonces comenzó a conectar con ella. Podía sentir las vibraciones que le
llegaban de los dones de su amigo. Algo mucho más profundo que el simple vaivén
que le producían las corrientes de aire. Estas vibraciones no eran tangibles y
se replicaban dentro de Tadeo, no en su exterior.
-
Bien, perfecto. – Dijo Julián a la vez que terminaba la Materialización.
Bueno…
Emm… Ahora yo… - El titubeo en la voz de Julián era perceptible para todos.
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