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Notó que el ambiente se había tensado aún más.

- ¿Y bien? ¿Qué va a ser? ¿Se van con las manos vacías o con el culo pateado? - Decía Julián al tiempo que llegó Cristian.
- Ustedes se la buscaron pendejos... - Dijo el hombre de la barba.

Sus manos comenzaron a flamear al instante y disparó dardos de fuego hacia los amigos.
Cristian fue quien los cubrió. Una pared de agua detuvo los proyectiles.

- Interesante... - Dijo el otro hombre.
Ahora sus ojos miraban atentamente al trío, analizándolos.

- Váyanse. No nos interesa un enfrentamiento. Somos más que ustedes, están en desventaja. Váyanse y no vuelvan nunca más. - Dijo Julián.

Por un momento Tadeo pensó que consideraban la opción.

- ¿Irnos? ¿Desventaja? ¿Cuántos años tienen? No deben ni haber terminado en la escuelita. Yo no veo la desventaja. No van a corrernos un par de adolescentes.

La esperanza de Tadeo de evitar una pelea desapareció.
Notó entonces que el hombre del pelo con corte militar comenzaba unos raros movimientos con sus manos.

- ¡Cuidado! ¡Quiere hacer fuego dentro nuestro!

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