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- Gracias. - Dijo el protegido una vez que desapareció el muro.
- ¿Estás bien? ¿Alguna idea?
- Necesito pensar. Por lo pronto me vas a tener que cubrir. Este tipo me tiene ventaja y lo sabe.

Otro latigazo voló hacia Tadeo. Pero esta vez estaba preparado. Sabía que necesitaba desviarlo. Necesitaba controlar ese látigo de fuego creado por su rival.
La velocidad e intensidad que tenía ese ataque le hicieron imposible desviar su trayectoria más que unos centímetros, pero fue suficiente para que el ataque pasara por sobre su cabeza, quemando unos rulos y dejando olor a pelo chamuscado.

- Buen intento. ¿No fue fácil eh? - Afirmó mientras volvía a enrollar el látigo en su mano.

Tadeo no se molestó en responder, ya estaba empezando su ataque, debía pasar a la ofensiva cuanto antes.
Lanzó bolas de fuego procurando que no fueran muy potentes, tenía un plan.

El rival de los novios no perdió el tiempo. Estaba luchando contra un Manipulador Agua y otro Aire, lógicamente debía derrotar primero al más fácil y luego ir contra quien tenía desventaja.
Una bola de fuego del tamaño de una pelota playera se formó en sus dos manos y salió disparada hacia Julián. Otra pared de agua apareció para defenderlo, pero cuando el proyectil impactó, no se deshizo sino que siguió presionando fuertemente y tan pronto como el agua lo desintegraba un poco, su creador lo devolvía a su tamaño original.
Julián notó que este ataque no iba a poder ser frenado por su novio entonces levitó unos metros para esquivarlo. Cristian dejó de esforzarse en su defensa cuando vio fuera de peligro a Julián, por lo que la gran bola de fuego siguió su recorrido hasta desintegrarse varios metros atrás.

- ¡Atacá! - Le dijo Julián desde el aire a su novio.

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